El espárrago además de su sabor delicioso es utilizado como una arma contra diferentes enfermedades. Éste tiene muchas ventajas para la salud. En primer lugar, es un alimento que contiene numerosos elementos nutritivos, rico en fibras y en vitaminas A, C, E y K. También mejora la capacidad de la insulina para trasportar la glucosa de la sangre hacia las células gracias a sus minerales. Su consumo contribuye en la protección de los agentes cancerígenos y otros compuestos nocivos, tales como los radicales libres. Es por eso que los espárragos ayudan contra la formación del cáncer. Los antioxidantes en los espárragos tienen la capacidad de neutralizar los radicales libres que dañan las células. Por sus propiedades antienvejecimiento, este alimento puede ayudar a nuestro cerebro a luchar contra la degeneración cognitiva. Como las otras verduras verdes, los espárragos contienen ácido fólico que junto a la vitamina B12 que se encuentra en los pescados, carnes blancas o rojas y la leche, previene los trastornos cognitivos. Una de las ventajas del espárrago es que contiene niveles elevados de asparagina, la cual tiene la función de diurético natural. Utilizado frecuentemente en el arte culinario, el espárrago es eficaz para el mantenimiento de nuestro bienestar.
ELECCIÓN Y COCCIÓN PRUEBA EL ESPÁRRAGO
A LA HORA DE COMPRARLO
Cuando adquieras este alimento debes fijarte en su frescura. El espárrago debe estar recto con el brote cerrado y su tallo intacto. Esta verdura se
utiliza en diversos platos como puré, ensalada, tortillas o gratinados. Sin embargo, para tener una cocción adecuada, siempre debes cocerlos al vapor antes de ponerlos al horno o a la cacerola.
¿Cómo? Conservarlo
CRUDO O COCIDO
El espárrago crudo se conserva tres días en el refrigerador. Una vez cocido, se pudre después de un día. Si quieres congelarlos, hazlo con espárragos crudos, ya que no se aconseja hacerlo con los cocidos.
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