miércoles, 26 de junio de 2013

Médicos y curanderos buscan entenderse

Por décadas los médicos y curanderos se han ignorado, pero ahora buscan complementar sus saberes para mejorar la salud pública en el país, donde la barrera cultural es un factor para la prevalencia de altos niveles de mortalidad materna e infantil.

Médicos, académicos y amautas -médicos y guías espirituales andinos cuyos conocimientos heredaron de sus abuelos- se reunieron ayer y hoy en un encuentro organizado por el Ministerio de Salud en el que buscaron complementar la medicina tradicional con la medicina académica.

Una exitosa experiencia de esa fusión es el "parto intercultural" en el Hospital de Patacamaya, a 80 kilómetros al sur de La Paz, donde la población es de origen aymara rural y las mujeres suelen desconfiar de los médicos de mandil blanco.

"Dentro del hospital adecuamos habitaciones de colores cálidos, lo más parecido a un hogar. La mujer alumbra en una cama, no en camilla, y es asistida al mismo tiempo por una ginecóloga y una partera. El esposo le acompaña en otra cama en la misma habitación", dijo a la AP la doctora general Rosalba Gonzales.

"Hace diez años había 500 partos en domicilio contra 152 en el hospital, ahora es la inversa. El parto con adecuación cultural ha ido en ascenso, ahora 500 niños nacen en el hospital, hemos reducido la mortalidad materna y estamos aumentando la cobertura del servicio", agregó.

Según cifras oficiales, 40 niños mueren por cada 1.000 nacidos y 180 madres fallecen por cada 1.000 alumbramientos, las tasas más altas en el continente después de Haití. Las autoridades dicen que la complementación de la medicina tradicional y la académica está ayudando a bajar esos niveles.

La Caja Petrolera de Salud, el seguro médico privado más grande con más de 200.000 asegurados, creó en 2009 una división de medicina tradicional con cinco naturistas quienes diagnostican y tratan "según sus conocimientos y saberes, sin injerencia de la medicina convencional", comentó a la AP el médico Oscar Laguna, jefe de esa división.

Los naturistas sanaron un caso de herpes y otro de úlcera varicosa en pacientes que no habían podido curarse completamente con la medicina convencional, dijo Laguna. "No hay competencia sino complementación", acotó.

Los naturistas elaboran sus propios medicamentos con base en plantas y bajo la supervisión de sanitarios académicos. Según Laguna, niños, mujeres y personas de la tercera edad son más abiertos a tratarse con médicos naturistas, no así los jóvenes.

Unos 11 mil pacientes se trataron con naturistas en tres años. Los tratamientos más requeridos fueron para los problemas articulares, la diabetes, la gripe, los problemas biliares, la hipertensión y las enfermedades de próstata, según Laguna.

Tres universidades públicas ya incluyeron en su currículo de estudios el "enfoque intercultural" en sus facultades de medicina y el Gobierno de Evo Morales ha acreditado a 2.500 amautas de los cuales 315 trabajan en los servicios públicos, contó Calvimontes.

"La mayor dificultad es que la medicina académica entienda a la tradicional y lo que buscamos es que ambas se articulen", dijo en el encuentro el director de Medicina Tradicional del Ministerio de Salud, Percy Paredes.

Pero los amautas sienten que en la medicina aún prevalece una visión de dominación. "Médicos, autoridades y legisladores no entienden ni comprenden nuestra cosmovisión andina. Si bien trabajamos juntos, nos rezagan y discriminan. No somos nosotros los que tenemos que adecuarnos a ellos, sino al revés, porque nuestra sabiduría es milenaria", comentó a la AP el amauta Paulino Calisaya Mamani, máximo representante del Consejo Nacional de Medicina Tradicional.

La Constitución vigente desde 2009 establece que Bolivia es un Estado Plurinacional con 36 pueblos indígenas, la mayoría en la región amazónica; pero las etnias dominantes son las andinas: aymara y quechua. La religión, la educación y la salud deben adecuarse, pero el avance es todavía lento.



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