Más de 500 jampiris, colliris, aysiris, kallawayas, herbolarios, parteras y hueseros ya son parte del fortalecimiento de la salud intercultural en Cochabamba. En el departamento se implementan cuatro modalidades para que la población pueda recurrir a los servicios de médicos tradicionales.
La primera es que el médico tradicional preste sus servicios al interior de un hospital o centro de salud convencional; la segunda que se quede en su comunidad y los médicos de los hospitales puedan referir a pacientes mejorando las condiciones de salubridad y seguridad.
La tercera desarrollar ambientes propios para la atención con médicos tradicionales; finalmente la cuarta modalidad es la especialización en elaboración de medicamentos y tratamientos para proveer de éstos a los centros de salud y la población en general.
Una muestra de este importante avance es la de don Lucio Aguayo, un jampiri con más de 25 años de experiencia que heredó los conocimientos de sus padres y abuelos en el seno de su comunidad en el municipio de Sacabamba.
La experiencia en Sacabamba es la primera que muestra una exitosa respuesta de la población y los profesionales.
Desde hace cuatro años, don Lucio tiene un ambiente propio en el hospital público de este municipio. Las atenciones son por referencia del médico del hospital o a solicitud del mismo paciente.
“La gente quiere ir más con don Lucio que con los doctores”, expresó el director de la unidad de Medicina Tradicional de Cochabamba, Jesús Gómez.
Actualmente, este médico tradicional atiende un promedio de 25 pacientes al mes. El secreto de su éxito es la herencia de tratamientos y prácticas que guarda desde sus abuelos, todos con resultados satisfactorios para sus pacientes.
“A don Lucio lo conoce toda la comunidad y confían en su sabiduría”, dicen los vecinos al señalar que los tratamientos en base a plantas medicinales y rituales comunitarios siempre han sido efectivos.
Personal administrativo del hospital de Sacabamba había pensado en colocar un letrero que haga referencia a la atención que presta con el propósito de atraer más pacientes, sin embargo fueron ellos mismos los que difundieron la calidad y efectividad de los servicios de la medicina tradicional en el centro hospitalario.
Para esta modalidad, las autoridades en salud gestionan un sueldo de acuerdo a sus posibilidades que, en los casos de los municipios del área rural, oscila entre los 1.800 a 2.400 bolivianos.
La segunda modalidad, en la que el médico tradicional se queda en su comunidad y su vivienda, podría asemejarse a lo que son los consultores en línea. Para este servicio, las autoridades realizan mejoras en la vivienda del médico tradicional, pero además crean un sistema de referencia y contrareferencia, para derivar o recibir pacientes, según el tipo de enfermedad que adolecen.
“Los médicos convencionales ya saben qué médicos tradicionales están en su zona y qué especialidad tienen”, dijo Gómez.
Más de 200 médicos tradicionales de varios municipios en Cochabamba ya vienen implementado esta modalidad: Tapacarí, Bolivar, Tacopaya, Pongo, Independencia, Villa Tunari, Entre Rios, Colomi, Sacaba, Punata, Quillacollo, Vinto y Tiquipaya.
En la tercera modalidad, el desarrollo de ambientes propios y exclusivos para la atención con médicos tradicionales es un reto que se viene impulsando en las ciudades de Cochabamba, La Paz y Santa Cruz.
Inicialmente se prevé que sea uno por departamento para posteriormente ampliarlos a otras zonas. En Cochabamba, el proyecto prevé el emplazamiento de un centro de medicina tradicional en Capinota.
“En esta modalidad tendrían que haber al menos 20 médicos tradicionales, en sus diferentes especialidades, y un médico académico”, explicó Gómez.
La cuarta modalidad, orientada al fortalecimiento de laboratorios artesanales de medicina natural, ha registrado desde el año pasado 11 laboratorios unipersonales y familiares.
Estos laboratorios están a cargo de personas especializadas en la recolección de plantas medicinales, pero que además conocen sus propiedades y las formas de utilización. Los especialistas proveen productos a granel, pero también pomadas y preparados denominados “magistrales”, que son elaborados exclusivamente para cada paciente y cada enfermedad.
Datos.
Medicina tradicional.
La medicina tradicional ancestral boliviana es un conjunto de conceptos, conocimientos, saberes y prácticas milenarias ancestrales, basadas en la utilización de recursos materiales y espirituales para la prevención y curación de las enfermedades, respetando la relación armónica entre las personas, familias y comunidad con la naturaleza y el cosmos, como parte del Sistema Nacional de Salud.
Médicos tradicionales.
Médicas y médicos tradicionales ancestrales son las personas que practican y ejercen, en sus diferentes formas y modalidades, la medicina tradicional ancestral boliviana, recurriendo a procedimientos terapéuticos tradicionales, a las plantas, animales, minerales, terapias espirituales y técnicas manuales, para mantener y preservar el equilibrio de las personas, la familia y la comunidad para el “Vivir Bien”.
Una infraestructura diversa
La infraestructura a ser construida para la instalación de centros de medicina tradicional será diversa, ya que cada una respetará la forma de vida e idiosincrasia de cada pueblo.
La implementación de estos centros tiene una visión amplia de respeto y promoción a la cultura y a la visión de cada comunidad. Por lo tanto, no será igual la infraestructura de un centro de medicina tradicional en el trópico de Cochabamba que en la zona andina o en la región de los Chipayas.
Es así que existirán parteras que requerirán solo una cama y agua hervida, pero también podría haber otra que demandará un tina o un río.
Existirán también edificaciones que requerirán estar con vista al sol naciente, pero habrán otras cuya orientación estará determinada por la ubicación de sus apus o dioses tutelares, como cerros, montañas, ríos, lagunas o bosques.
Asimismo, proyectan espacios que tendrán que estar en completa oscuridad y otros que requerirán prácticas rituales al aire libre, o junto a los dioses tutelares de cada región y cada cultura.
Nuevos centros de salud tendrán un espacio sagrado, jardines botánicos y auditorios
El jefe de la Unidad de Medicina Tradicional de Cochabamba (Unimetra), Jesús Gómez, detalló las características que serán parte de las nuevas infraestructuras para la salud y la medicina tradicional en el departamento.
El proyecto para la construcción de centros de medicina tradicional en Cochabamba integra otros aspectos que tienen que ver con el respeto a cada cultura y sus prácticas rituales, pero también prevé espacios para la capacitación y prevención de enfermedades.
Básicamente, cada infraestructura tendrá un jardín botánico, en el que se cultivarán plantas medicinales, que además de proveer de estos productos a los expertos médicos, también servirán como un espacio de información y capacitación para estudiantes y población en general.
Asimismo tendrá salas de conversatorio para la difusión de hábitos y formas de vida más saludables, ya que la esencia del nuevo sistema, es promover la salud y no solo atender las enfermedades.
Los nuevos centros, en su concepción integral, establecerán también los espacios sagrados considerados epicentros cósmicos, esenciales para la práctica de rituales de sanación.
En la cultura andina amazónica de Bolivia, los espacios sagrados pueden ser el pico de un cerro en el valle, o un río en el trópico de Cochabamba, un cañadón o una falla geológica en comunidades de altura.
Las nuevas edificaciones tendrán no solo espacios de atención al paciente con alguna dolencia o enfermedad, sino también de promoción de la salud.
Una de las ideas es que los médicos tradicionales, en sus diferentes especialidades, generen espacios de conversación, difusión e intercambio de experiencias, a fin de que la sabiduría heredada por los abuelos no muera. Su ampliación a otros sectores de la población será fundamental para este cometido.
11 laboratorios proveen de medicamentos naturales a hospitales
El Ministerio de Salud registró y aprobó el funcionamiento de 11 laboratorios artesanales de medicina natural, mediante una resolución ministerial.
Los laboratorios recogen insumos desde las zonas andinas hasta los bosques de la amazonía. Cortezas, hierbas, flores, tallos, raíces, arcilla y miel, entre otros, son la materia prima para los especialistas en la recolección y preparación de medicinas naturales.
La Constitución Política del Estado (CPE), en su artículo 42, establece que la promoción de la medicina tradicional incorporará el registro de medicamentos naturales y de sus principios activos.
En este sentido, la Unidad Nacional de Medicamentos otorgó el registro correspondiente de productos a granel y algunas pomadas y jarabes, elaborados bajo estándares de calidad y seguridad.
Con esta garantía, los hospitales públicos y privados pueden adquirir los productos medicinales elaborados artesanalmente para curar enfermedades comunes.
Solo los preparados denominados “magistrales” no cuentan con registro sanitario, ya que éstos deben ser elaborados en el momento y de diferente manera según el paciente y su enfermedad o dolencia.
En Cochabamba, algunos de los laboratorios registrados son Reanbol (Remedios Ancestrales Bolivianos), Coincoca, Arteco Vidal. Ellos son especializados en analgésicos y pomadas semiindustriales. En tanto, Gericho es experto en el manejo de arcilla, polvos para los pies y las alergias.
También están Promadex (Productos Naturales de Excelencia) que preparan medicamentos en base a yerbas y cortezas.
Menabol (Medicina Natural de Bolivia) ofrece toda su técnica herbolaria desde Santa Cruz, los Yungas y el trópico de Cochabamba.
La CPE establece también la protección del conocimiento sobre el uso de la plantas medicinales como propiedad intelectual, histórica, cultural, y como patrimonio de las naciones y pueblos indígena originario campesinos.
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