Según la revista Journal of Biological Chemistry, la tomatidina, que es un compuesto que se encuentra en los tomates, concretamente en los verdes, puede resultar de gran ayuda para paliar la atrofia muscular, que afecta a ancianos y otros pacientes que deben guardar cama durante largos periodos de tiempo. Investigadores de la Universidad de Iowa comprobaron que este compuesto cambia la expresión genética en ratones y revierte los cambios de las células musculares cuando hay una inmovilidad prolongada; además que estimula el crecimiento de las células humanas en los cultivos de laboratorio.
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