Los beneficios de la chirimoya resaltan en su pulpa y fibra por sus efectos reguladores de los niveles de azúcar, siendo un alimento recomendado para personas que sufren de diabetes. Asimismo, ayuda a bajar el colesterol en la sangre y a personas que padecen de hipertensión arterial, alteraciones cardíacas o de vasos sanguíneos. Esto debido a su riqueza en potasio y baja cantidad en sodio y en grasa. El aporte calórico que contiene hace que sea consumida regularmente por deportistas, niños, mujeres embarazadas, personas mayores y durante la lactancia. A la chirimoya también se le confiere una acción de equilibrio en el sistema nervioso y puede ser usada como una fruta con efectos tranquilizantes, pero también como ansiolítica.
Sus valores nutricionales aportan una variedad de minerales y vitaminas del grupo B. Además, aumenta las defensas al ser rica en vitamina C y mantiene la inmunología de nuestro organismo en niveles óptimos.
Alimentación durante la etapa escolar
su importancia Los niños necesitan llevar una dieta equilibrada que ayude en su crecimiento tanto físico, emocional e intelectual. Al ingerir alimentos de calidad nutricional se pueden evitar diversas enfermedades como la obesidad, diabetes, anorexia, bulimia, entre otras. Es así que los padres cumplen un rol importante porque deben seleccionar y ofrecer alimentos variados y sanos. Además de educar a sus hijos en cuánto comer, qué y cómo hacerlo. El incluir carbohidratos, lácteos, proteínas y grasas saludables, hará que el niño reciba nutrientes adecuados para su desarrollo. Además, se aconseja la ingesta de fruta entre 2 a 3 porciones diarias y de vegetales entre 2 a 4 porciones al día. El consumo de azúcar debe ser moderado, ya que puede causar sobrepeso.
Carbohidratos
Tienen la función de aportar energía y regular el metabolismo de las grasas. Los carbohidratos complejos contienen vitaminas, fibras y minerales. En cambio los simples son refinados y carecen de fibra. Por lo que, se debe consumir la mitad de alimentos que pertenezcan a los complejos. Entre éstos encontramos el pan, leguminosas, leche, papa, maíz, cereales, avena, fideos, entre otros.
Grasas
Ayudan a la protección de los riñones y corazón, regulan la temperatura corporal y absorben los diferentes grupos de vitaminas. Debemos saber que no todas las grasas son iguales. Las recomendadas son las monoinsaturadas como el aceite de oliva, palta y aceitunas. Luego, las poliinsaturadas con los
aceites de maíz, girasol y soja. También los frutos secos, oleaginosas y el aceite de hígado de bacalao.
Proteínas
Las fuentes proteicas deben ser asimiladas entre 2 a 3 veces al día. Constituyen elementos fundamentales para el crecimiento, regulación de la actividad de las células y forman parte de las defensas del organismo. Se puede recurrir a la carne de pollo, res, pescado; quesos y embutidos bajos en calorías. Además del huevo y la soja.
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