La medicina natural cuenta con una amplia propuesta de remedios, a base de plantas, para las enfermedades más comunes como los resfriados y la gripe. Este año, debido al prematuro inicio de las bajas temperaturas del invierno en La Paz, se registra un aumento de los casos de este tipo de dolencias, según explican los expertos, especialmente en la población más vulnerable: los niños y los ancianos.
En el primer consultorio de medicina natural en la ciudad (Qullañ Uta), ubicado en la plaza Alonso de Mendoza, que abrió sus puertas hace un mes aproximadamente, cada día se diagnostican nuevos casos. Según Jorge Quispe, médico naturista que trabaja durante las mañanas en el centro, la cifra va en aumento.
"No sólo por la influencia del frío y la bajada de temperaturas que este año se adelantó, sino también por la mala alimentación, que hace que el organismo tenga las defensas bajas”.
Hay una variedad de plantas que se recomiendan para combatir los resfriados, que generalmente vienen acompañados de tos. La wira wira, el eucalipto, el chuqaikailla y el anuchapi (también denominada amor seco) son buenas alternativas.
Se elabora una infusión (hervir el agua con la planta durante varios minutos) que se ingiere preferiblemente en ayunas y se puede acompañar con otra planta: la changa negra.
Específicamente para la tos, Quispe aconseja un antiguo remedio que consiste en utilizar un nabo, al que se le hace un agujero para colocarlo durante la noche a la intemperie. De esta manera se recoge el agua del sereno, que en la siguiente mañana se toma en ayunas. Ese jarabe natural puede ser consumido tanto por niños como por adultos.
Además, en la medicina natural, cuando la gripe se agrava hasta el punto de provocar fiebre, se utiliza la infusión del anuchapi o amor seco, a la que se añade un poco de sal, para bañar el cuerpo. Así se alivia considerablemente el estado febril.
Los baños se pueden realizar cada seis horas durante el tiempo que dure el problema. En las comunidades rurales también se elaboran cataplasmas de barro que se colocan en las axilas, talones y abdomen para que baje la fiebre alta.
En cuanto al aumento del número de afectados por la gripe y los resfriados, desde la perspectiva de Quispe, la alimentación en general está fallando en cuanto a la falta del consumo de alimentos como la quinua, el trigo, la fruta y la verdura dentro de la dieta más habitual.
El médico tradicional recuerda que se trata de prevenir, "que el cuerpo no se debilite, con los recursos que tenemos en nuestro entorno más próximo y natural”. También recomienda consumir vitamina B para fortalecer las defensas del organismo.
Entre los alimentos que no recomienda se encuentra el azúcar blanca. Es preferible sustituirla por la miel de abeja, concluye Quispe.
En cuanto al cultivo de las plantas, Quispe apunta a que la mejor región es el Altiplano, que conserva múltiples propiedades curativas: "La vegetación es más dura, crecen en condiciones de mucho frío y son más resistentes”. Las plantas tienen fecha de caducidad por las características de la cosecha: duran un año.
"La venta en la calle no garantiza los productos”
En el área rural, donde tiene su origen la medicina natural, los médicos que trabajan en este ámbito "tienen el objetivo de ayudar a las personas que tienen problemas de salud, y en ningún caso buscan la remuneración económica”. Así lo aclarara Quispe, quien reconoce que "nos preocupan los compañeros que están en la calle vendiendo remedios naturales sin garantías, por eso es mucho mejor acudir a un centro o consultorio que tienen productos reconocidos”.
En el Centro de Información y Orientación de Medicina Tradicional de La Paz, los profesionales, además de ofrecer los correspondientes diagnósticos, disponen de sus propios remedios (jarabes y pildoras, entre otros) según la patología. En la mayoría de los casos están elaborados por los médicos tradicionales, con las plantas con las que trabajan.
Este colectivo suele centrar su trabajo en el área rural, donde por lo general sólo llegan los medicamentos básicos como las aspirinas o el ibuprofeno.
Quispe suele trabajar en Tiwanaku, población de donde procede. Señala que "las familias saben cómo curarse con las plantas que tienen guardadas para cada ocasión.
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