jueves, 11 de diciembre de 2014

Ajipa, el tubérculo chaqueño que ayuda a controlar la gastritis



La ajipa es uno de los productos de la región del Chaco que ayuda a combatir y prevenir enfermedades. Por lo cual, es recomendada para el consumo por sus propiedades medicinales, especialmente para combatir la gastritis, acidez estomacal, úlceras, y problemas de los riñones. Este tubérculo se produce únicamente en parte del chaco tarijeño.

Según la coordinadora del Programa de Fortalecimiento a la Medicina Tradicional (Profomet), Teresa Mur Vargas, la ajipa actúa como antiácido, por lo que es recomendada especialmente para combatir a la gastritis crónica, ya que protege la mucosa gástrica.
Por otro lado, señaló que no todos pueden consumirla, ya que debido a la cantidad de almidón que posee, puede alterar la glicemia en los diabéticos, por lo que no es recomendable para las personas que padecen esa enfermedad.
Mur explicó que el producto se lo puede ingerir de diferente manera, pero si se quiere curar la gastritis es preferible en sumo, y recomendó tomarlo una hora antes del almuerzo para una mejor efectividad.
Características
Este tubérculo se caracteriza por su alto contenido en almidón, azúcar y proteínas, además que muestra resistencia a una variedad de plagas asociadas a los compuestos de la planta como la rotenona (una sustancia de origen vegetal utilizada antiguamente como insecticida), que está presente en las hojas y tallos, y funciona como un insecticida natural.
Eso permite reducir el uso de plaguicidas y, por lo tanto, reducir el impacto de la actividad agrícola en la salud humana y el medio ambiente.
En ese sentido, los agrónomos consideran que puede constituir una especie de alternativa interesante para un sistema productivo sostenible
Sin embargo, existe una cantidad de factores que conducen al abandono del cultivo, y al parecer esa planta “valiosa” enfrenta un caso de extinción acelerada.
Una de las razones por las que la producción no es atractiva para los agricultores, es la poda de reproducción; esta es la práctica “más” laboriosa, ya que las flores son numerosas y están ocultas en la base de los tallos.
También es perjudicial para la salud humana ya que la planta contiene una savia lechosa que lastima los dedos. Otro problema es el período de producción, ya que la misma puede durar hasta 11 meses, lo que no le permite al agricultor utilizar la tierra para otro cultivo.

Producción
Vendedoras del Mercado Campesino aseguran que este producto proviene “mayormente” de Caraparí, y comunidades ubicadas en la ribera del Pilaya, pero que los principales proveedores son los productores carapareños.
Asimismo, indicaron que la temporada de ajipa comienza a finales del mes de marzo, y se extiende hasta noviembre, por lo que actualmente es difícil encontrar ese tubérculo.
Diosmira Anachuri se dedica a la comercialización de la ajipa en ese centro de abasto, y aseguró que la cuartilla llega a costar entre 20 y 25 bolivianos, y entre semana logra vender unos tres quintales.
Más allá de sus propiedades curativas y su producción, la ajipa se convirtió en parte de la tradicion tarijeña.
En época de Corpus Cristi, además de la celebración de la eucaristía, los diferentes centros de abasto de la ciudad de Tarija se dedican a la venta de la tradicional chicha de uva en un vaso hecho de ajipa. La misma es tallada por el medio y adornada con flores de color blanco y violeta.

La ajipa
producida
en el tiempo precolombino

La ajipa era ya cultivada por los Incas durante el periodo precolombino, junto con especies mucho más conocidas para nosotros como el maíz, el poroto y el pimiento. De la importancia de su cultivo durante el período Inca dan cuenta los hallazgos arqueológicos de restos de raíces en enterramientos humanos y las representaciones en cerámica y bordados de distintas culturas.
El principal interés de esta planta es la raíz tuberosa, porque acumula hidratos de carbono, principalmente azúcares y almidón.

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