lunes, 17 de marzo de 2014

Plantas ancestrales terapéuticas son usadas como drogas alucinógenas

"No sabíamos de lo que se trataba. Lo hicimos por curiosidad. Luego nos enteramos que todo se tiene que hacer como una ceremonia. Mis amigos y yo quedamos shockeados al momento de consumirlo, porque nos dio alucinaciones casi demoniacas, nos dio miedo y nunca más lo volví a hacer, pero ellos continuaron y así hay mucha gente que lo hace sin ningún control y sólo por diversión”, relata Juan Carlos S. (de 33 años) a diez años de haber consumido la planta ancestral achuma.
Comunicación con el ajayu, conexión con los antepasados, terapia interna y externa, cura de enfermedades, puente al autoconocimiento y el despertar de la conciencia. Esos son los usos que culturas antiguas han dado a determinadas plantas catalogadas como alucinógenas o psicotrópicas, fundamentalmente al ayahuasca y achuma, esta última conocida también como San Pedro.
Sin embargo, en estos años se puso de manifiesto un uso irracional de esos arbustos entre grupos de jóvenes, por lo que amautas sugieren emprender un proceso de información de las propiedades de dichos productos.
"No son plantas adictivas ni alguna clase de droga como piensa mucha gente. Hablamos de plantas ancestrales, son plantas que eran usadas ya desde los incas para ceremonias y ritos. No generan ninguna adicción, porque son terapéuticas”, explicó el yatiri amauta Juan Carlos Ballón. Es así que las culturas ancestrales las han llamado también "plantas maestras”, por los poderes espirituales que se traducen incluso en mecanismos de adivinación y curación. Callahuayas, amautas y chamanes las usan para buscar respuestas como "vehículos” que conducen a realidades alternativas.
"Érase una vez un cactus alto y delgado que crecía en Perú, Ecuador y Bolivia. Antes de que los europeos llegaran los nativos lo conocían con el nombre de achuma; al producirse la cristianización todos ellos, excepto los curas, lo vieron claro: si el apóstol Pedro tenía las llaves del cielo, entonces ese cactus era su San Pedro, pues también guardaba las llaves que daban acceso a los reinos celestiales, a veces previo paso por los infernales”, detalla el texto El Chamán de los Cuatro Vientos, de Douglas Sharon, al descubrir el uso de algunas de estas plantas.
"Fue una nueva experiencia, un acto ritual con todos mis amigos. Lo hicimos acompañados por un guía en una pequeña ceremonia. Todo era mágico, desde cortar el brazo del cactus y partirlo en pedazos. Uno por uno comió la parte que le tocaba y esperamos lo que vendría. Poco a poco nos íbamos encontrando con nuestra alma en un contacto cercano con la naturaleza. Se hace una meditación de todo lo vivido. Era extraordinario por la paz que se siente al visualizar otra realidad. Luego de a poco se vuelve a la verdadera realidad”, afirma Douglas Z. (de 32 años).
Al recorrer la popular "Calle de Las Brujas” en el centro de la urbe paceña, se constata un flujo constante en la venta de estas hierbas a jóvenes que en muchos casos las compran por curiosidad. "Mis amigos me dijeron que con esto se dieron ‘viajes’ interesantes”, afirma Martín C. (22), al mediodía del 13 de marzo, mientras describe el uso "recreacional” que se suele dar a estas plantas.
El achuma o San Pedro es un cactus columnar que crece en los desiertos altos de Bolivia. Mientras que la ayahuasca (palabra quechua que significa soga de los espíritus) es una liana que se halla principalmente en el sector de la Amazonia, razón por la que su consumo se da principalmente en los departamentos de Beni y Santa Cruz. Ambos contienen propiedades alucinógenas y sustancias psicotrópicas.
Según dos comerciantes del sector de venta de hierbas, son decenas de personas (bolivianos y extranjeros) que llegan hasta sus puestos en busca de achuma o San Pedro. "El brazo (tallo de cactus) cuesta 30 bolivianos y alcanza para cinco personas y tenemos en polvo también a 30 y alcanza para tres personas”, explica una de las vendedoras que prefirió guardar su nombre de reserva.
Al hacer la consulta sobre la comercialización de las plantas, fue notorio el recelo de las vendedoras, por tratarse de productos prohibidos para la venta, según la Policía.
La Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) realizó el 2012 y 2013 operativos en las calles Sagárnaga, Illampu y Linares para incautar los cactus y otras hierbas que científicamente se ha comprobado que contienen alucinógenos.
"Hay gente que ha malinterpretado el verdadero significado ritual de estas plantas. Nosotros como amautas vemos que es necesario que de una vez se cataloguen las plantas de nuestro país, con todas sus propiedades y usos rituales”, agrega Ballón.
Este medio entrevistó a cuatro jóvenes que consumieron San Pedro. Todos manifestaron que no les generó ninguna adicción y sólo lo hicieron una vez, pero aseguraron que son decenas de amigos suyos que participan de forma irracional en esta práctica, con resultados que llegan incluso a los traumas psicológicos.
Para el amauta Juan Mamani la desinformación sobre las propiedades y usos de estas plantas ancestrales ha generado que muchos jóvenes opten por realizar un consumo "descontrolado”.
"Cuando se hace esta ritualidad siempre debe haber un guía para que transmita adecuadamente esta experiencia ancestral, pero vemos que lamentablemente esto se ha roto y ya no se respetan las cosas sagradas”, agrega Juan Carlos Ballón.
Dos jóvenes comentaron que fueron testigos de comportamientos "traumáticos” de sus amigos al ingerir achuma. "Mi amigo se asustó, pero fueron días después que no paraba de llorar y dice que veía visiones, ahí fue cuando nos dimos cuenta de que es peligroso jugar con estas cosas”, explica Juan Carlos S.
Por ello el amauta asegura que la ingesta de estas plantas no se realiza en cualquier momento y cualquier espacio. "Debe ser en un tiempo de total concentración y meditación, y en lugares sagrados que apunten a esa concentración y encontrar la paz interior”, agrega. El riesgo de realizar este tipo de consumos de forma irracional, dice Ballón, ha generado que muchos jóvenes presenten comportamientos "peligrosos”. "Porque así como hay el bien, también hay el mal, pueden haber alucinaciones traumáticas”.



Disminuyen el control de los centros del cerebro, según estudios
Desde hace varios años se han realizado investigaciones respecto a plantas ancestrales que para las culturas antiguas son conocidas como "visionarias”. Estos estudios han determinado los aportes de éstas dentro de esas sociedades a nivel ritual y ceremonial.
"Su característica principal es poseer principios activos que al ser incorporados al cuerpo producen cambios en la percepción. Esto se debe a que química y estructuralmente se relacionan con la serotonina (neurotransmisores que se encuentran en varias regiones del sistema nervioso central), disminuyendo el control que ejercen los centros principales del cerebro”, estableció respecto a estas plantas alucinógenas el ya fallecido químico suizo Albert Hofmann.
La ayahuasca es usada en diferentes comunidades de Brasil, México y Estados Unidos como un mecanismo de iluminación espiritual y de terapia ante afecciones físicas y psicológicas. Al igual que el cactus achuma, su uso se ejerce a través de ritos y ceremonias dirigidos por chamanes o guías.
Desde la colonización se empezó a conocer popularmente como San Pedro al cactus alucinógeno, por el paralelismo que los nativos encuentran entre el evangelista y profeta poseedor de las llaves de cielo y los efectos que ellos entienden que produce la ingestión de esa planta.
Estudios también han ratificado a través de evidencias arqueológicas de su uso como objeto de culto de grupos indígenas andinos.
"Desde nuestras culturas antiguas usamos estas plantas y no deben ser mal usadas y menos cuestionadas. No son de ninguna forma drogas como las quieren mostrar”, asegura el amauta Juan Carlos Ballón.

Genera cuadros de esquizofrenia
Marcelo D. La Quintana Psiquiatra
"Alucinaciones visuales y táctiles”
Cabe señalar que la mayoría de las drogas alucinógenas vienen de las plantas; la mayoría de ellas se elabora a partir de estas sustancias.
Todos los tipos de productos alucinógenos son originarios de las plantas, incluso de aquellas -como éstas- que crecen y se desarrollan en los sectores del altiplano y Amazonia de nuestro país. Su consumo es conocido en el interior de Bolivia.
Son plantas muy diversas que también están en todo el mundo. Cabe recalcar que como su nombre lo indica en general estas drogas o plantas alucinógenas tienen el mismo tipo de efectos sobre sus diversos consumidores.
Tenemos que entender que este tipo de plantas producen, como su nombre lo indica, alucinaciones de diferente índole, como las visuales, táctiles y olfativas. Es decir que lo más frecuente de los efectos de esta ingesta es ver cosas que no existen y percibir sensaciones que nunca se perciben.
El efecto de este tipo de alucinógenos sólo dura un corto tiempo. Desde que se consume hasta unas horas después. Pero, de tratarse de un consumo frecuente, podemos hablar de efectos que caen en un cuadro psiquiátrico. Esto en caso de consumos frecuentes. Inclusive estos cuadros psiquiátricos derivados del consumo de estas plantas puede convertirse con el tiempo en una esquizofrenia y alucinaciones permanentes de tipo paranoide.

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