En los últimos años, con el fin de incentivar a los habitantes de las provincias del altiplano paceño para que asistan a los centros médicos, se ha optado por brindar una atención médica intercultural, que permite la convivencia de la medicina biomédica y la tradicional, como un medio para que los pacientes inicien un proceso de confianza con los médicos, manifestó la estudiante de enfermería Basilia Condori y nieta de una partera que hace muchos años migró a la sede de gobierno desde provincia, de nombre Francisca Tola.
“Las mujeres y hombres del campo, son personas algo desconfiadas con los médicos, porque no encuentran en ellos calidez y actitud solidaria, además que estos al ser tan académicos, no creen en sus costumbres, entonces no se sienten identificados, es como alguna vez escuche decir a un doctor, que sus costumbres eran supersticiones por la falta de educación, de la misma forma los naturistas y parteras piensan que lo doctores nos saben los que sucede en los planos espirituales que influyen en el la salud de las personas”, manifestó Condori.
En este sentido, desde hace algún tiempo, en hospitales con un enfoque intercultural como el Hospital de Patacamaya, se ha ido trabajando en la convivencia armónica y de mutuo respeto entre ambos contextos, acondicionando la infraestructura de las salas de parto, en las que se les da a las parturientas, un lugar más íntimo y cálido, en el que pueden optar por la forma más cómoda para dar a luz (proceso de parto).
“Tuve mis dos hijos mayores en casa con una partera, el más pequeño nació en un hospital, la diferencia es mucha, en el hospital los médicos son muy fríos y torpes, no tratan de hacer que te sientas mejor, es un momento muy difícil física y emocionalmente, y encima hay que escuchar a las enfermeras que te riñen, no te dejan ni cuidarte bien y claro después viene el sobreparto”, expresó Julia Chambi quien tuvo a sus primeros hijos, con la ayuda de Francisca Tola.
Dentro del Hospital de Patacamaya, se han ido incorporando al plantel de especialistas, médicos tradicionales o amautas, que son capaces de preparar remedios a base de yerbas y que también leen la hoja de coca, así como a las tradicionales parteras, quienes han sido capacitadas para la atención de las gestantes y a la vez las concientizan sobre la importancia de asistir a un control pre y post natal.
“Ahora ya hay más comprensión, cuando yo me vine a la ciudad, en las zonas alejadas yo atendía a todas las mamás, a los que se enfermaban de rayo, a las wawas que se asustaban, eso los médicos no creen, por eso muchas veces aunque les den medicinas no sanan y cuando los ven los yatiris recién se les pasa”, manifestó Tola, quien no se acuerda en que año nació, pero aparenta pasar de los 90 años de edad y que perdió la cuenta de cuantos bebés trajo al mundo o a cuantos pacientes atendió.
Pero la medicina tradicional, no sólo se trabaja con parteras, sino con aquellos herbolarios que en tiempos anteriores, no se encontraban en ambientes privados o como en el Hospital de Patacamaya en un consultorio médico. Los denominados Kallawayas, peregrinaban por todas las comunidades, haciendo un control de la salud de los pacientes.
“Pasaba por la comunidad y todos le iban a contar sus males, el preparaba las yerbas, hacia mates, fomentos y pomadas, luego se iba a otros pueblos, pero siempre regresaba para ver si la gente había mejorado”, señaló Tola, quien añadió que muchas veces también hay que ayudarse con la lectura de la coca y el tacto de alguna vena, para ver si las enfermedades son para ser tratadas por un médico o por un curandero.
Según los informes de Médicos del Mundo, el trabajo en salud, sobre todo materna, realizado en el departamento de La Paz, contribuyó al proceso de articulación entre el personal de salud, las parteras y médicos tradicionales en el hospital de Patacamaya, que con la implementación de partos en los que interactúan estos especialistas, reflejan el reconocimiento y respeto que se da entre las diferentes culturas, generando dialogo y confianza.
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