jueves, 20 de febrero de 2014

Más bondades del aceite de Oliva

El consumo de aceite de oliva virgen extra reduce la malignidad del cáncer de mama y ralentiza el crecimiento de los tumores, según una investigación de la UAB, que ha constatado que las grasas de la dieta no producen ni curan el cáncer, sino que modulan el curso clínico de la enfermedad

La investigación ha sido llevada a cabo por el Grupo Multidisciplinar para el Estudio del Cáncer de Mama de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y ha sido dirigida por el director del Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la UAB, Eduard Escrich.

Este grupo lleva tres décadas investigando el efecto de la ingesta de grasas en la evolución del cáncer de mama y ha experimentado con ratas con cáncer a los que han tratado con diferentes dietas, y también con humanos.

Hasta ahora, ya se sabía que la incidencia de los tumores de mama es sensiblemente inferior en los países de la cuenca del Mediterráneo, donde los aceites de oliva constituyen una parte fundamental de la dieta.

Investigación

La investigación, que ha contado con la colaboración de la Interprofesional del Aceite de Oliva, pretendía conocer qué efectos concretos tiene el consumo de distintos tipos de aceites, así como los mecanismos por los cuales estos alimentos podían interactuar con el tumor.

Partiendo de esa premisa, los investigadores de la UAB hicieron un modelo experimental en ratas con cáncer de mama alimentadas con dietas ricas en aceite de oliva virgen extra o en aceite de semillas, y otra en humanos.

En este experimento, el equipo del doctor Escrich ha demostrado que el aceite de oliva frena la progresión del cáncer de mama y que lo hace a través de diversos y complejos mecanismos, entre los que destaca su acción inhibidora de las vías de proliferación de las células tumorales y la inducción de su muerte (proceso conocido como apoptosis).

En el peso

Por otra parte, los investigadores también han concluido que el aceite de oliva virgen extra tiene desde edades tempranas “un efecto sobre el peso y la maduración sexual que sería compatible con un efecto protector de la glándula mamaria a la transformación neoplásica”, según ha informado la Interprofesional del Aceite de Oliva de España.

El experimento también comprobó que los tumores de los individuos alimentados con dietas con aceite de oliva son de menor grado de malignidad (clínico y morfológico).

El grupo ha descrito algunos de los mecanismos implicados en esta acción diferencial (la modulación de la expresión génica y del estado de diferenciación celular).

El doctor Escrich ha matizado que la mayor parte de las investigaciones indican que cuando la enfermedad ya existe por otros motivos, ciertas grasas, como el aceite de oliva virgen, frenarían su progresión, mientras que otras, como las grasas saturadas o las omega 6, cuando se ingieren en elevadas cantidades, acelerarían el curso clínico del cáncer de mama.

Problemas circulatorios

Otro estudio realizado por el Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn), revela que el aceite de oliva reduce hasta un 66% el riesgo de problemas circulatorios en extremidades.

“Recientemente hemos podido poner de manifiesto que una intervención con dieta mediterránea es capaz de lograr una reducción relativa del 30% en el riesgo de enfermedades cardiovasculares como el infarto o el ictus y, en la diabetes”, afirma el profesor Miguel A. Martínez-González, catedrático de Medicina de la Universidad de

Navarra.el consumo de aceite de oliva virgen extra reduce la malignidad del cáncer de mama y ralentiza el crecimiento de los tumores, según una investigación de la UAB, que ha constatado que las grasas de la dieta no producen ni curan el cáncer, sino que modulan el curso clínico de la enfermedad

La investigación ha sido llevada a cabo por el Grupo Multidisciplinar para el Estudio del Cáncer de Mama de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y ha sido dirigida por el director del Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la UAB, Eduard Escrich.

Este grupo lleva tres décadas investigando el efecto de la ingesta de grasas en la evolución del cáncer de mama y ha experimentado con ratas con cáncer a los que han tratado con diferentes dietas, y también con humanos.

Hasta ahora, ya se sabía que la incidencia de los tumores de mama es sensiblemente inferior en los países de la cuenca del Mediterráneo, donde los aceites de oliva constituyen una parte fundamental de la dieta.

Investigación

La investigación, que ha contado con la colaboración de la Interprofesional del Aceite de Oliva, pretendía conocer qué efectos concretos tiene el consumo de distintos tipos de aceites, así como los mecanismos por los cuales estos alimentos podían interactuar con el tumor.

Partiendo de esa premisa, los investigadores de la UAB hicieron un modelo experimental en ratas con cáncer de mama alimentadas con dietas ricas en aceite de oliva virgen extra o en aceite de semillas, y otra en humanos.

En este experimento, el equipo del doctor Escrich ha demostrado que el aceite de oliva frena la progresión del cáncer de mama y que lo hace a través de diversos y complejos mecanismos, entre los que destaca su acción inhibidora de las vías de proliferación de las células tumorales y la inducción de su muerte (proceso conocido como apoptosis).

En el peso

Por otra parte, los investigadores también han concluido que el aceite de oliva virgen extra tiene desde edades tempranas “un efecto sobre el peso y la maduración sexual que sería compatible con un efecto protector de la glándula mamaria a la transformación neoplásica”, según ha informado la Interprofesional del Aceite de Oliva de España.

El experimento también comprobó que los tumores de los individuos alimentados con dietas con aceite de oliva son de menor grado de malignidad (clínico y morfológico).

El grupo ha descrito algunos de los mecanismos implicados en esta acción diferencial (la modulación de la expresión génica y del estado de diferenciación celular).

El doctor Escrich ha matizado que la mayor parte de las investigaciones indican que cuando la enfermedad ya existe por otros motivos, ciertas grasas, como el aceite de oliva virgen, frenarían su progresión, mientras que otras, como las grasas saturadas o las omega 6, cuando se ingieren en elevadas cantidades, acelerarían el curso clínico del cáncer de mama.

Problemas circulatorios

Otro estudio realizado por el Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn), revela que el aceite de oliva reduce hasta un 66% el riesgo de problemas circulatorios en extremidades.

“Recientemente hemos podido poner de manifiesto que una intervención con dieta mediterránea es capaz de lograr una reducción relativa del 30% en el riesgo de enfermedades cardiovasculares como el infarto o el ictus y, en la diabetes”, afirma el profesor Miguel A. Martínez-González, catedrático de Medicina de la Universidad de

Navarra.



1 Buena dieta

El investigador Martínez González señala los beneficios de la dieta mediterránea. “Aunque es un patrón relativamente rico en grasas, se trata de grasas de origen vegetal, como el aceite de oliva; además tiene un consumo abundante de verduras, frutas como postre y de un vaso de vino tinto con las comidas”.

En este tipo de dieta, además, escasean los postres muy dulces y las carnes rojas y abundan las legumbres, los cereales, el pescado y los frutos secos.



2 Recomendaciones

Además de tratar de seguir la dieta mediterránea, los expertos en nutrición recomiendan: Tener un horario de comidas ordenado. Comer en familia o con amigos. La alimentación necesita un componente social, el apoyo es fundamental para prevenir las enfermedades mentales. Evitar las comidas rápidas, los cárnicos procesados, las grasas trans y los refrescos azucarados. Responder al apetito normal y en las cantidades adecuadas. No ver la comida como una válvula de escape de las frustraciones. No asociar conductas alimentarias al aburrimiento o a comportamientos repetitivos.



3 Depresión

Miguel Ángel Martínez González, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra y miembro de la SEEDO asegura que la depresión es el tema más estudiado en la relación entre nutrición y salud mental. Según la SEEDO, el riesgo de padecer depresión es un 55% mayor en las personas obesas, mientras que el riesgo de obesidad aumenta un 58% entre quienes tienen depresión.



MUY MEDITERRÁNEA

El doctor Miguel Ruiz-Canela y el profesor Martínez-González han liderado a un grupo de investigadores españoles del CIBERobn y han publicado en la revista JAMA (Journal of the American Association) que una intervención de educación dietética con abundante provisión gratuita de aceite de oliva virgen-extra obtuvo una reducción relativa de riesgo del 66% de arteriopatía periférica.

Se llama PREDIMED (Prevención con Dieta Mediterránea) y es el mayor ensayo médico con el objetivo de analizar los efectos de la dieta mediterránea sobre las complicaciones de la arteriosclerosis.

Este ensayo incluyó a 7.500 personas de 55 a 80 años con alto riesgo de enfermedad vascular arteriosclerótica. Estos fueron asignados al azar a tres dietas.

Dos grupos recibieron una intervención dietética para fomentar la alimentación mediterránea tradicional, que es rica en aceite de oliva virgen, frutos secos, verduras, frutas, pescado, vino tinto y legumbres, pero reducida en carnes rojas, bebidas con azúcar y dulces. Al tercer grupo se le asignó una dieta baja en grasa.

Fue el primer estudio clínico que ha mostrado que las enfermedades cardiovasculares pueden prevenirse con ayuda de una intervención en la dieta.





QUICKIE

La famosa dieta mediterránea incluye el aceite de oliva, pescado, hidratos de carbono complejos y nueces.

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