sábado, 4 de enero de 2014

La importancia de las acelgas en tu alimentación y bienestar

Las acelgas son por excelencia portadoras de agua, lo que sirve al ser humano para mantenerse hidratado. Es una verdura que resulta poca energética porque contiene menos cantidad de hidratos de carbono y proteína. Pero se constituye en un producto rico en vitaminas, minerales y fibras. Sus hojas de color verde son utilizadas con ingredientes claves en una variedad de ensaladas y recetas culinarias, debido a que cuando las ingerimos son ricas en calcio, lo cual es beneficioso si no se consume lácteos. También mejoran la visión, el cabello y la piel por su concentración en beta-carotenos.

Es uno de los alimentos que contiene una proporción considerable de folatos, las cuales son vitaminas que actúan sobre la formación de anticuerpos y la producción de glóbulos rojos y blancos. Asimismo, es una excelente depuradora, utilizada para problemas relacionados con los riñones, hígado, enfermedades de la piel y de las vías respiratorias.

Es recomendada para realizar una dieta, ya que es un alimento saciante, tiene pocas calorías, pero mantiene compensado el cuerpo por sus innumerables nutrientes.

MUJERES EMBARAZADAS Y NIÑOS

EL CONSUMO DE FOLATOS

La acelga es un alimento fundamental para las mujeres en gestación, debido a los folatos que contiene. Si la mujer no consume esta vitamina, puede producir en el bebé deficiencias en el tubo neural y se expone a que presente deformaciones tanto en la cabeza como en la columna. Además, ayuda en la salud del corazón y en ciertos tipos de anemia. Asimismo, es importante que los niños en la etapa de crecimiento consuman acelga, ya que la requieren para el trabajo celular y el desarrollo de los tejidos.

¿Cómo?

Cocinarlas

Trucos bÁsicos

Como toda verdura, tiene que ser comprada cuando esté en buenas condiciones y su aspecto sea fresco. En cuanto a las acelgas, debes tomar en cuenta que sus hojas sean brillantes y de color verde, si éstas están amarillentas o marchitas descártalas. Para su cocción, corta las hojas en trozos y añádelas en una olla con agua y sal gruesa para hervirlas. Calcula entre 20 y 25 minutos y retíralas del fuego. Luego escúrrelas para que no quede agua, ya que las puede volver amargas.


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