A la vez se recomienda el consumo de mango para personas que estén perdiendo la vista por alteraciones de la retina, como ceguera nocturna atrofia del nervio óptico o trombosis de la arteria central de la retina.
Jorge Pamplona Roger, en su libro "El poder de los Alimentos", manifiesta que el mango es rico en las tres vitaminas más antioxidantes como son la A, C y E y en conjunto impiden la oxidación de las lipoproteínas que circulan por la sangre unidas al colesterol.
La oxidación de estas sustancias desencadena el depósito de colesterol en las paredes arteriales con su consiguiente deterioro, por esta razón considera al mango un amigo de las arterias y sugiere que no debería faltar en la dieta de quienes tienen problemas de falta de riego sanguíneo en las extremidades o en las arterias como la angina de pecho o infarto.
En casos de hipertensión arterial, el mango es diurético porque facilita la producción de orina y además contiene bastante potasio y muy poco sodio.
Por todos estos beneficios, se debe saborear esta fruta para casos de hipertensión, ya que ayuda a controlarla.
Los diabéticos pueden beneficiarse del consumo del mango, debido a su acción favorable sobre las arterias, ya que ayuda a prevenir las complicaciones circulatorias de la diabetes.
Por todas estas razones se sugiere degustar el mango para prevenir o sobrellevar problemas de salud que pueden aminorar con esta fruta.
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