jueves, 7 de noviembre de 2013

Pequeños, pero poderosos

La mayoría de las frutas están compuestas de un 90% de agua, entre las más conocidas están: la sandía, papaya, manzana, uva, melón, durazno, etc. Pero, qué hay de los frutos secos. Estos, además de utilizarse bastante en los postres, tienen propiedades y beneficios para el organismo. El nutricionista, Edwin López, explicó las bondades que tienen estos pequeños frutos.

Frutos necesarios. Los frutos secos son aquellos que contienen ácidos grasos esenciales, que hacen que el organismo pueda utilizar otro tipo de grasas como fuente de energía. "Estas grasas no se acumulan, por el contrario se utilizan como combustible para el cuerpo", indicó López.

Principales características. Entre los frutos encontramos: almendras, avellanas, nueces, sésamo, maní, semilla de girasol y semilla de zapallo, que poseen bastante cantidad de zinc, magnesio y selenio. López sostuvo que el zinc y el selenio contienen factores enzimáticos, que intervienen en la oxidación celular causada por los efectos de los radicales libres, que son los que dañan las células.

Son anticancerígenos. López puntualizó que las células están diseñadas para vivir entre 90 a 120 días y que cuando una llega a dañarse no va a vivir esta cantidad y además, dañará a las demás. Sin embargo, el zinc y el selenio a través de la vitamina C y E, pueden estabilizar las células que fueron dañadas, que pueden llegar a prevenir el cáncer por medio de la protección celular. Asimismo, reducen el estrés oxidativo, problemas metabólicos y cardiovasculares.

Controlar las cantidades. "Si bien estos alimentos benefician, se los debe consumir en cantidades equilibradas, porque en exceso pueden ser dañinos", resaltó López, asimismo, remarcó que son especiales para “picar” en aquellos momentos en los que el organismo tiene antojos. “Es recomendable consumir de 10 a 30 gramos cinco veces por semana”, dijo.

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