jueves, 17 de octubre de 2013

EL DURAZNO SE INTEGRA PERFECTAMENTE A LA NUTRICIóN

Muy rico en agua, el durazno es poco calórico con 40 calorías por 100 gramos. Su índice glicémico es muy bajo y sus azúcares no se almacenan en el organismo y no acarrean aumento de la insulina. Los flavonoides contenidos en el durazno tienen un efecto protector sobre los vasos sanguíneos y aseguran una circulación sanguínea óptima.

Es también una fuente de potasio, lo que es excelente para luchar contra la retención de agua. Además, engloba fibras, situadas particularmente en la cáscara, las cuales son solubles, suaves y toleradas por el intestino, lo que es primordial para el tránsito.

Los antioxidantes que contiene esta fruta previene la oxidación del colesterol, lo que tiene un efecto benéfico sobre la salud cardiovascular. Asimismo, el beta caroteno ofrece un arma para luchar contra el estrés oxidativo de los rayos ultravioletas y favorece un bronceado óptimo. La luteína protege la retina y la visión, además de participar en la prevención de enfermedades del ojo como la degeneración macular o la catarata.

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SUS EFECTOS CUTÁNEOS

Exprime un durazno y aplica el jugo obtenido sobre tu rostro como una mascarilla. Deja reposar 10 minutos. Luego, límpiate con agua fresca. Si quieres, le puedes añadir una yema de huevo o una cuchara de crema. Obtendrás un tono de piel resplandeciente y una epidermis más suave.

Si sufres de mareos debido a los transportes, consume cucharas del jugo o almibar de durazno que proviene de esta fruta enlatada. Permite disminuir las náuseas y atenuar los otros síntomas desagradables.

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