El pepino es un alimento que neutraliza la acidez del estómago, de la sangre y de la orina; es laxante, combate las inflamaciones de estómago e intestino, siendo muy útil en la úlcera de estómago.
Sin embargo, los pepinos se deben comer con cuidado porque son de difícil digestión, por este motivo las personas con problemas de salud en las vías urinarias deben consumirlos con cuidado, ante problemas de irritación y los prostáticos deben abstenerse de comerlos.
El pepino crudo, con pan integral o con papas, forma una excelente combinación, conveniente para las personas que sufren de artritis y gota además que sirve como depurativo del hígado.
Para preparar la ensalada de pepino, se debe cortar en rodajas finas y en vez de sal, se debe agregar zumo de limón para evitar que se haga difícil su digestión.
Los pepinos conservados en vinagre, sal y pimienta no son en absoluto recomendables, constituyen un alimento perjudicial, y carecen en absoluto de poder nutritivo y curativo, pues con esa preparación se les destruye precisamente cuanto tienen de bueno.
Como el rábano, el pepino es también rico en vitaminas y útil para la limpieza interior y en afecciones de la piel.
Según profesionales en salud, el zumo de pepino tiene valiosas propiedades sobre la piel, cada fricción sobre la piel abre una onda vibratoria en nuestras células nerviosas, motivo por el que una fricción de zumo de pepino en la cara suaviza y embellece el cutis.
A la vez aconsejan comer el pepino de forma natural simplemente lavado y sin sal y vinagres porque estos dos elementos convierten al pepino en una materia difícil de digerir.
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