Consumirlo regularmente ayuda a disminuir el riesgo de contraer cáncer de estómago y es eficaz en contra de las lombrices intestinales. Sin embargo, se debe tener un límite en su consumo, ya que el exceso del mismo puede producir gastritis.
Sabrosa, económica y sana ¿Por qué integrarla?
Consúmela todo el año La cebolla permite luchar contra la angina, gripe, diarrea y reduce de forma considerable el colesterol y el ácido úrico. Esto debido a que es rica en minerales y vitaminas. Estimula el hígado y los riñones y es útil para aliviar los dolores del reumatismo. Muy diurética, tiene la propiedad de estimular la producción de orina. También aplicándote la cebolla en heridas ligeras funcionará como un eficaz antiséptico. Asimismo, posee efectos preventivos reconocidos a ciertos tipos de cáncer y reduce la progresión de células cancerígenas. Por otro lado, la cebolla ayuda a circular la sangre, pero en menor grado que el ajo.
Es un alimento que se integra fácilmente a tus comidas. Ésta brinda sabor a tus platos y permite disminuir el consumo de sal.
No más mal aliento
Cuando comas ajo
Evita los olores y disfrÚtaLO
Comer más cantidad de ajo aminora el aliento desagradable que puede dejar éste. Su consumo regular favorece a la formación de enzimas que ayudan a disminuir las emanaciones del mismo. Otro truco es que después de comerlo, no te cepilles los dientes, ya que aumentará el mal aliento. Opta por consumir unas cuantas hojas frescas de perejil o de menta porque la clorofila de éstas suprime los olores a ajo.
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